A menos de un mes de Navidad, la suprema corte de justicia de la nación SCJN ha impuesto una ley que violenta la libertad religiosa “no se pueden exhibir los Portales de Belén, o Nacimientos Católicos como les conocemos en México, en lugares públicos”.
Desde Calles en tiempo de los Cristeros, la fe católica ha sido perseguida por los enemigos de Cristo de ideología abiertamente socialista y comunista, misma que persiste en lo que hoy se hace llamar 4ta transformación. La persecución a la Iglesia y a la Fe es tan antigua como la existencia del mal.
La emisión de esta ley desenmascara la agenda liberticida del partido de izquierda radical actualmente en el poder (morena), el cual ha usado a la SCJN para promover toda una agenda anti-familia, pro-aborto/LGTB y ahora para atentar contra la libertad religiosa.
San José María Escrivá de Balaguer cuando habla de las tribulaciones sostiene que no es de sorprender que los enemigos de Cristo actúen como tales. «No sé de qué te asustas. Siempre fueron poco razonables los enemigos de Cristo. Resucitado Lázaro, debieron rendirse y confesar la divinidad de Jesús. Pues no: ¡matemos al que da la vida! Dijeron. Y hoy, como ayer». En este sentido, no hay que desanimarnos, sino mantener la fe, la esperanza y seguir trabajando.
Morena, el movimiento de los ofendidos y los enemigos de Cristo
Conforme a las notas informáticas de este hecho, la SCJN emitió este artilugio legaloide contra la libertad religiosa, a raíz del amparo de un solo mexicano ofendido «Miguel Fernando Anguas Rosado, quien desde 2020 pidió que no se utilizará el erario para colocar nacimientos navideños»
La SCJN no escucha a los millones de mexicanos que piden no militarizar México, ni a los que piden transparencia en el gobierno más opaco y corrupto de los últimos años, ni a los que piden que no se adoctrine a sus niños con teorías de género ni fanatismos comunistas. La SCJN ni escucha ni resuelve las millones de peticiones de mexicanos reales e inconformes, pero sí atendió a la única persona que se manifestó contra la Iglesia Católica.
¿Qué se puede hacer?
Rechazar con firmeza la ley que injustamente se ha impuesto. Protestar, escribir a la SCJN, juntar firmas exigiendo que se aniquile esta injusta ley no la libertad religiosa, hacer procesiones con el portal de Belén, exhibirlo en tu oficina, en tu casa, denunciar el carácter opresor de esta ley y la complicidad de los medios de comunicación (los cuales han guardado absoluto silencio), etc.
La fe no es un acto privado, Jesús se manifestó públicamente y en la Constitución y los Derechos Humanos las personas tenemos derechos a manifestar nuestra fe.
La pretensión de este gobierno sobre la mente y el corazón de las nuevas generaciones está clara: les quiere dejar vacíos de lo único que da sentido a la vida. ¿Para llenarlo de qué?, de basura ideológica y desdicha permanente. Las respuestas del espíritu humano no las vamos a encontrar en la deformación histórica y educativa de la idolatría comunista, ni tampoco en las rebeldes y anticientíficas ilusiones de género. Por ello, el papel de la familia en estos tiempos es fundamental.
Irónicamente, en el Municipio de Chocholá Yucatán, donde un solo mexicano Miguel Fernando Anguas Rosado se sintió ofendido ante el nacimiento de Jesucristo, el juez González Alcántara Carrancá «indica que como consecuencia de haber privilegiado los símbolos o insignias de la religión cristiana el municipio de Chocholá, Yucatán, se posicionó como un Ayuntamiento hostil e indiferente frente a cualquier otra concepción religiosa o de conciencia», claramente el juez ha admitido que sin una fe firme el ser humano es muy fácil de manipular, convencer y cambiar de mentalidad, muy conveniente para un gobierno “transformador” que para conducirte a la miseria y la muerte de forma voluntaria, primero debe cambiar tu forma de pensar y de creer.
Fuentes:
Camino, José María Escrivá de Balaguer, 694
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