¡Gracias Dios por la conciencia mental!

Todo proviene de Dios, aunque pocas veces lo reconozcamos. Pedimos tantas cosas, que perdemos de nuestra vista lo que sin mérito y sin esfuerzo nos ha sido dado.  Nos concentramos tanto en pedir lo que creemos que nos hará felices, lo que resolverá nuestros problemas, que fácilmente olvidamos lo que Dios provee de manera providencial.

Claro está que la vida es un don de Dios. Y una vez vivos, todo lo que implica la vida procede de Dios. La respiración, el funcionamiento cardiaco, digestivo, óseo, ocular, inmunológico, reproductivo, todo. Y en ese todo, la conciencia mental.

¿Todos poseemos conciencia mental?

Algo que asumimos tan natural e implícito de nuestra condición humana, el pensar nítida y congruentemente de acuerdo a la realidad que vivimos, simplemente no existe en muchos enfermos mentales. En un ejemplo tan básico como el tocar una superficie plana, la mano percibe lo liso de la superficie y rápidamente piensa que es un plano. En un enfermo mental la sensibilidad y su conexión con el pensamiento se altera radicalmente, una superficie plana puede sentirse rugosa, abombada, con surcos, etc. y si la percepción está alterada la respuesta a la “realidad” que perciben estará alterada también.  

Aunque las ciencias médicas han avanzado mucho en fármacos para enfermedades mentales, en muchos periodos de estabilidad el enfermo no logra tener una percepción que coincida totalmente con la realidad. De esta manera, es que se le puede explicar serena y pacientemente repetidas veces una situación, y al final no entenderá.

Es muy importante decir que la enfermedad mental no altera la nobleza del corazón. Es posible que algunas respuestas afectivas sean anti-sociales y desproporcionadas al entorno. En otras ocasiones pueden parecer agresivas si son una respuesta a una amenaza o un peligro percibido. Pero la nobleza del corazón trasciende la percepción, es la realidad espiritual de la persona. Eso es inmutable. Si la persona ama a Dios y a su familia, el amor perdura.

¿Despreciar lo que Dios te dio?

La cuestión es que esta enfermedad puede ocurrir por determinaciones genéticas o causas totalmente ajenas a la voluntad de la persona. Sin embargo, en otros casos ocurren por consumo de drogas. Ahora mismo en México los políticos y los medios de comunicación están impulsando la legalización de la mariguana, difundiendo falsas ventajas y ocultando que el consumo de drogas puede modificar el cerebro en formas que hacen que la persona sea más propensa a padecer una enfermedad mental 1.

En sí mismo, el consumo de drogas es una enfermedad mental, y a su vez aumenta la comorbilidad, la cual implica cierta interacción entre dos o más enfermedades, y hacer que estas empeoren 1.

Como este hecho científico no se difunde por los interesados en legalizar las drogas, es muy posible que la sociedad en general lo desconozca. Así, están empujando a las familias y a los jóvenes a deshacerse de lo que Dios les concedió, a despreciar lo más valioso por perseguir la carnada de una trampa.

¿Y si mejor dejamos a Dios hablar?

La enfermedad no es un castigo, puede ser parte del plan de Dios o resultado de la libertad del hombre, en la historia de José (Génesis 37.2), éste es el hijo más querido y también el más delicado. Entre sus hermanos rudos y poco escrupulosos, José demuestra nobleza: desde su juventud ese hijo de pastores manifiesta que está hecho para grandes cosas. La envidia llega hasta la locura y el crimen entre hermanos. Dios acepta que los hermanos sigan caminos opuestos, unos hacia el bien, otros hacia el mal, pero esto no quiere decir que los “buenos” se aparten y se olviden de los “malos”: José salvará a sus hermanos 2. Posteriormente, Jacob bendice a todos sus hijos (Génesis 49. 1). Las bendiciones de Jacob se dirigen no a sus hijos. Sino a las doce tribus que llevarán sus nombres. Estas tribus tendrían en lo sucesivo suertes muy desiguales. La bendición de Jacob es como una manera de afirmar que esos destinos eran conocidos de Dios desde antemano y eran parte de su plan de salvación, que beneficia a todos, pero no da lo mismo a todos 3.

La auténtica rebeldía es la que no acepta una ley inhumana. Los medios políticos y de comunicación presentan la legalización de la mariguana como una ley en pro de la libertad, aunque en realidad enferma y esclaviza. La libertad es un don que también proviene de Dios, y el único libertador es Dios. Cuando Moisés es salvado de las aguas (Exodo 2.1) la liberación del pueblo hebreo empieza con un acto sencillo, solitario, el de una madre que para salvar a su hijo arriesga su propia vida. Es el acto de rebeldía de una conciencia que no acepta una ley inhumana. Es el acto de fe de la madre que presiente el porvenir maravilloso que Dios abre a una vida nueva, y que, al mismo tiempo, sabe que los hijos son la esperanza de su pueblo. Moisés había escapado a la suerte asignada a los niños hebreos y había aterrizado en el mundo muy cerrado de los privilegiados de la cultura. El que iba a libertar a los esclavos debía saber lo que era la libertad, habiendo gozado de ella; pues ellos ni siquiera conocían la palabra libertad 4.

Cuando Moisés descubre a su pueblo (Exodo 2.11), descubre otro aspecto del mal: sus hermanos no son víctimas inocentes. La opresión que padecen tiene algo que ver con la violencia, la maldad y la irresponsabilidad que existen entre ellos. No son respetados por los egipcios, pero tampoco se preocupan por merecer que los respeten. Esta vez Moisés no sabe qué hacer y prefiere huir. Las liberaciones que vienen de Dios, no sólo nos liberan de las estructuras de opresión sino que al mismo tiempo despiertan en nosotros la conciencia de nuestro propio pecado 5.

Fuentes:

1 https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/drugfacts/comorbilidad-los-trastornos-por-consumo-de-drogas-y-otras-enfermedades-mentales

2 Nota al pie. Biblia Latinoamericana. Génesis. 37.2. Pg. 63

3 Nota al pie. Biblia Latinoamericana. Génesis. 49.1. Pg. 80

4 Nota al pie. Biblia Latinoamericana. Exodo. 2.1. Pg. 86

5 Nota al pie. Biblia Latinoamericana. Exodo. 2.11. Pg. 86-87

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